Te llorare hasta que los ríos parezcan una mala broma.
Pues aún me quedan lagrimas que sacar de tu dolor.
Te extrañare hasta que el corazón sea del tamaño de una pasa.
Cual fue siempre el tamaño de mi pobre corazón.
Te anhelaré como quien nunca vio los colores del mundo.
Pues me enseñaste lo maravilloso y te lo llevaste.
Te querré como nadie nunca te quiso, aún en silencio
en mis sueños y a todas horas lucidas.
Te miro, firme en mi decisión de no tomar la palabra
Pues mis palabras sobraron de mas en el pasado.
Te siento en el vacío de mi soledad
muy a mi propio pesar de poder verte.
Ahora un mundo nos separa, nuestros gustos
desfijados y siempre alineados en sí.
Ahora un mundo nos separa, nuestros gustos
desfijados y siempre alineados en sí.
Mas no tengo la intención de recriminar
pues también se perdona en medida
de cuanto se puede llegar a amar.
Este es sin embargo, un grito en palabras
que no cobra ni víctimas ni significado.
Se ha apagado el sol que mis días alumbro.
Las estrellas me fulminan con alegría,
mas no siempre será el mismo brillo.
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